26 de octubre de 2011

Otro día de parque

Ayer Mi Churrumbel (Mi Ch) cogió una buena perra. De esas grandes y monumentales, colorado a punto del violeta, llorando a moco tendido -y no lo digo figuradamente- todo por un triciclo de otro niño que él se empeñaba en quedarse ad eternum y que yo tuve que poner fin a pesar de la escenita de Mi Ch.

No pasé desapercibida por todos los padres/abuelos que sonreían ante la escena de una mama con un niño bajo el brazo y un triciclo en el otro cruzando el parque para devolver el objeto de deseo a su propietario. Yo me lo tomé con calma. Qué berrea? Pues que berree. Hay ciertas cosas que se han de hacer y enseñar que hasta cierto punto uno puede hacer lo que le apetece pero que pasado el punto ha de hacer lo que debe hacer.


Así que hoy hemos hecho nuestra entrada triunfal con la moto que Mi Ch tiene en casa. Naturalmente el pequeñajo ha preferido la de otro niño a la suya pero como teníamos "vehículo de sustitución" no ha habido problemas con el pequeño propietario. Como suele pasar en estos casos,  hoy -por primera vez- me he fijado en la cantidad de vehículos que había por el recinto del parque, sobretodo  motos y patinetes. Como en el juego de la silla se los iban intercambiando con el único criterio de que la cosa que tiene el otro ha de ser mejor/más interesante/más divertida que la mía.

También me he dado cuenta que han aparecido un montón de futuros usuarios. Recién nacidos (pequeñitos, pequeñitos) que apenas se daban cuenta de nada. Estaban con sus mamas (algunas tan delgadas que me daban una envidia verde y peludosa) y aunque hace solo 20 meses entre mi situación actual y esa otra me ha vuelto a asaltar la amnesia.

No recuerdo haber estado en ningún parque de una manera tan plácida, supongo que pasó pero no soy capaz de visualizarlo. Lo que yo recuerdo es que cada vez que salía de casa con Mi Ch este se ponía a llorar como si en el carrito hubieran pinchos. Caminaba tan rápido como podía a mi destino embargada por la vergüenza al sentir las miradas reprochadoras de los transeuntes que se me quedaram mirando con un rictus en la boca que me escupía a las claras algo así como: pero es que esta mujer no tiene corazón?!! Que lo coja de una vez y le alivie. Pobre criaturita menudo saldo de madre le ha tocado!!!". No recuerdo ni un solo momento de calma en un espacio público hasta pasados unos meses largos. Supongo que eso se debe a que soy primeriza y todas las mamas que hoy había en el parque estaban acompañadas de otro niñ@ de varios añitos.

Suerte de los pequeños vídeos y las fotos que atestiguan que en algún momento SÍ se estaba tranquilo, dormido o mirando al aire con esa expresión de "pero donde demonios estoy, y todo esto, que es?" y yo no siempre estaba tan cansada y hasta tenía humor para sacar la cámara y inmortalizar aquellos instantes.

Eso me ha hecho tener una mayor conciencia de pérdida porque hace una semana mi móvil decidió salir a ver mundo y no ha vuelto y lo que más siento haber perdido de forma irremediable son todos los vídeos que había hecho de Mi Ch.

Ains!

1 comentario:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...